José Luis Cabouli: «Quise ser un cirujano de almas».
«Quise ser un cirujano de almas».
Por Luis Aubele. Entrevista publicada en el diario «La Nación», Buenos Aires, 22-03-2009.
«¿Qué fui antes de ser José Luis?», comenzó a preguntarse cuando tenía 8 años. Lo curioso es que entonces nunca había oído hablar de reencarnación; no sólo no sabía qué era, sino que ni siquiera conocía la palabra. «Sólo unos años más tarde, entre los 15 y los 16, supe de qué se trataba. Pero tuvieron que pasar 20 años más, cuando ya era un cirujano plástico con años de ejercicio, para que entendiera que la reencarnación podía tener un fin terapéutico», recuerda José Luis Cabouli, médico y terapeuta especializado en terapia de vidas pasadas.
«En realidad, nunca abandoné el tema, seguí estudiándolo, siempre como algo interesante, pero paralelo a mi vida profesional. Es que, contra lo que se suele creer, los cirujanos tenemos profundas preocupaciones espirituales. Estamos permanentemente en contacto con cosas trascendentes como son la vida y la muerte de los seres humanos», apunta.
Cabouli dicta seminarios en el país, Chile, Uruguay, México y España. Es autor de varios libros, entre otros La vida antes de nacer, El trabajo del alma, El viaje del alma y Terapias de vidas pasadas.
–¿Cómo llega a dejar la cirugía por la terapia de vidas pasadas?–
–En 1988 tuve un problema laboral, un desentendimiento, y no quise luchar por un puesto que ya no me importaba. Renuncié y me sentí liberado, con más tiempo para mí, y decidí pasar unos días de vacaciones en la playa de Ostende (Argentina). Una noche, después de comer, tomé una reposera y fui a meditar debajo de las estrellas. Recuerdo que estaba cerca de una casilla que Arturo Frondizi había construido en su juventud con su padre y hermanos. Y de pronto, no puedo describir exactamente qué ocurrió, sentí que mi profesión de cirujano ya no me interesaba y que ante mí se abría otro camino y decidí dedicarme a la terapia, quise ser un cirujano de almas. No recuerdo más detalles, pero en un instante decidí cambiar totalmente el rumbo de mi vida. Esto me llevó a comprender que cuando uno no hace lo que tiene que hacer, la vida lo fuerza a hacer lo que tiene que hacer.–
–¿Qué es la terapia de vidas pasadas?–
–Consiste en traer a la conciencia episodios traumáticos que están reprimidos en el inconsciente y que provocan desajustes en la vida cotidiana. Traerlos y revivirlos con todos los sentimientos que desencadenaron, no simplemente contarlos. El primer paso para comprender la terapia de vidas pasadas es entender que el tiempo no existe. El tiempo lineal, cronológico, medible, es una convención, un acuerdo que hemos hecho para poder manejarnos. En realidad, nunca nadie tuvo un segundo en su mano. Incluso hay distintos calendarios: maya, hebreo, etcétera. Y no lo inventé yo, lo dice el mismísimo Sigmund Freud cuando sostiene que el inconsciente es atemporal. Pero hay algo más.–
–¿Por ejemplo?–
–La segunda cosa que hay que entender es lo que se denomina atrapamiento de la conciencia. Cuando reaccionamos sin poder evitarlo ante determinada situación, es porque en un nivel inconsciente se está reviviendo una experiencia sin resolver que quedó atrapada y que se activó por su similitud con la situación presente. Imaginemos una mujer que tiene terror de subir a un barco, porque todavía está atrapada y lucha en las aguas heladas en la noche del 14 de abril de 1912, cuando se hundió el Titanic. O alguien que no puede subir a un ascensor porque siente claustrofobia y en el pasado fue enterrado vivo, algo bastante común en una época, o murió en el derrumbe de una mina.–
–¿Cómo un profesional de formación científica llega a interesarse por una terapia tan fuera de lo común?–
–Es que en ningún momento abandoné el método científico, el camino de los tres pilares: observación, experimentación y comprobación. Observar el fenómeno y hacer las experiencias necesarias para comprobar su verdad. La terapia de vidas pasadas tiene muchos puntos en común con la psicología clásica. En ambos casos se trata de hacer consciente el inconsciente, como también recalcaba Freud. Con la diferencia de que la terapia de vidas pasadas busca ampliar el horizonte trascendiendo la infancia, el nacimiento o el estado fetal, y llegando a encarnaciones anteriores.–
–¿Casos que recuerde?–
–En España atendí a una mujer que les tenía terror a las serpientes. No se podía ni nombrarlas en su presencia porque comenzaba a gritar desesperadamente. En la terapia revivió que había sido una chica que iba por un camino con su madre cuando apareció una serpiente venenosa, una cobra que se balanceaba delante de ellas con lengua amenazante. La madre trataba de distraer a la víbora moviéndose hacia un lado, pero entonces, al quedar la niña sola, la serpiente la picó y la chica murió. Revivir ese momento liberó a la mujer y al día siguiente me llamó para contarme que había perdido el miedo a los reptiles, que pensaba ir al zoológico y que haría algo que nunca hubiera imaginado: visitar el serpentario.–
–¿Algún otro?–
–Una mujer al revivir su nacimiento exclamó: ¡Pero ésta no es mi madre! No sabía que era adoptada. Hay casos en los que el paciente descubre ser la reencarnación de un hermano mayor, que murió al nacer.–
–¿Qué es para usted la reencarnación?–
–Para mí es una realidad, una experiencia, aunque comprendo perfectamente que haya gente que no piense lo mismo.–
Enlace de la entrevista original en castellano dentro del sitio web de «Terapia de Vidas Pasadas»: